El proceso de cómo un talento encerrado en una personalidad compleja se adapta a la maquinaria de fútbol más precisa que conocemos es descrito en el libro 'Fórmula Barça', de Ricard Torquemada, un periodista de Catalunya Ràdio que, en mitad de la euforia desbordante del entorno azulgrana, ha sabido bucear en la ciencia de este equipo de época más allá de sus colores con la vocación de un taxidermista.
En el capítulo dedicado a Messi, un genio que se actualiza con la regularidad de un pasante, como pone de manifiesto su nuevo hito, los cinco goles en un partido de Champions, Torquemada explica los movimientos del entrenador azulgrana para imbricar al futbolista en lo táctico y, a la vez, eliminar los riesgos que para su físico suponían ciertos hábitos, entre ellos los alimenticios.
La Coca-Cola y los conguitos eran dos de los 'pequeños vicios' del delantero, por lo que Guardiola, de común acuerdo con sus colaboradores, mandó apartar las máquinas de bebidas carbónicas de las proximidades del vestuario. Al mismo tiempo, la obligatoriedad de realizar dos comidas, al menos, en las instalaciones de la Ciutat Esportiva, en Sant Joan Despí, evitaban el abuso de la carne que realizaba hasta entonces Messi en su dieta habitual, como buen argentino que vive, además, en un ambiente muy argentino. El pescado es, desde entonces, prioritario en su menú. En el 'staff' del Barcelona consideran que esos cambios de hábitos han resultado fundamentales en el bajo índice de lesiones del argentino desde entonces.
Sobre la posición, explica Torquemada el proceso que lo llevó de la banda, zona de la que partía en la era Rijkaard, al centro. Muy influido por los técnicos que tuvo como futbolista, recuerda el periodista las conversaciones de Guardiola con Carles Rexach, en las que el último le explicaba cómo Alfredo Di Stéfano ya jugaba en esa posición indefinida en el Madrid. Al mismo tiempo, el libro retoma reflexiones del actual entrenador del Barcelona en las que reconoce que, durante su etapa en activo, el 'dream team' nunca jugó tan bien como cuando lo hizo sin delantero centro, antes de la llegada de Romario, con Laudrup en esa indefinida demarcación que desorientaba a las defensas rivales.
Una de las excelentes aportaciones de 'Fórmula Barça', publicada inicialmente en catalán por Cossetània Edicions y en castellano por Lectio Ediciones, es que analiza al equipo azulgrana en paralelo a otros de los grandes conjuntos de la historia, con los que busca conexiones, como son el Madrid dominador de las primeras Copas de Europa, el River de la delantera conocida como la 'Máquina' o el Milan creado por Arrigo Sacchi.
Torquemada cita una entrevista con Messi publicada en EL MUNDO, en la que el delantero explica que antes del partido del 2-6 en el Bernabéu, en el que estrenó su nueva posición, Guardiola le dijo que se moviera para crear la duda en los defensas blancos. Se definió entonces como 'delantero centro mentiroso', una expresión utilizada en Argentina.
Los lectores de 'Fórmula Barça' no deben quedarse, sin embargo, en Messi, sino en otras muchas explicaciones que se ofrecen sobre el juego de una escuela, y en especial acerca de los movimientos del triángulo Xavi-Iniesta-Busquets, y hasta sobre la minuciosidad con la que los técnicos estudian las acciones a balón parado. Uno de los modelos lo copiaron de una jugada de estrategia de la Suecia que concluyó tercera en el Mundial de Estados Unidos, en 1994, nada menos. No es una obra sólo para los seguidores del club azulgrana, sino para cualquier aficionado al fútbol o profesional. Por supuesto, imprescindible para aquéllos que piensen en cómo derrotarlo.
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