martes, 29 de mayo de 2012

La guía "Barcelona para niños" presenta la ciudad de acuerdo a los intereses de los más pequeños


El libro, que publica Lectio Ediciones, cubre la información que otras guías "olvidan", para que los niños la puedan utilizar por sí solos

La guía Barcelona para niños, de Joan Portell Rifà, presenta la ciudad de acuerdo a los intereses de los más pequeños. El libro, que publica Lectio Ediciones, cubre la información que otras guías "olvidan", para que los niños la puedan utilizar por sí solos. La obra se encontrará en las librerías a partir del 6 de junio.

Barcelona para niños ofrece una visión positiva, divertida y diferente de los espacios, seleccionando aquellos puntos que pueden resultar más divertidos para los niños. La guía, a todo color, destaca las características propias de Barcelona como ciudad plenamente mediterránea y con un alto interés histórico, donde puede resultar sencillo orientarse siguiendo las indicaciones que también ofrece el libro.

Aparte de datos básicos sobre el contexto y de las pinceladas históricas, en la guía se encuentra información sobre el transporte público que tiene que facilitar la movilidad, como el autobús, el metro, el Bicing, el tranvía o el teleférico, y lugares donde pasar buenos ratos y donde comer y dormir. Los datos sobre las fiestas y celebraciones, la Barcelona romana, las Ferias y mercados, museos y otros espacios emblemáticos de la ciudad, como El Palau de la Música, el zoológico, La Sagrada Família, el Parc Güell o el Cosmocaixa, con los servicios que ofrecen, pueden contribuir a hacer más completas las visitas a Barcelona.

Los itinerarios, descubrimientos, curiosidades y preguntas sobre cada espacio que podrán resolver los niños, hacen de este libro una propuesta didáctica para conocer y recordar la ciudad con una mirada diferente que tiene en cuenta también las tradiciones que le son propias: "La fuente de Canaletes, situada en la parte alta de Les Rambles, es la más famosa de la ciudad. Cuenta la tradición que quien bebe su agua a buen seguro que volverá algún que otro día a Barcelona."

Joan Portell Rifà (Barcelona, 1965), pedagogo de formación y profesión, también escribe y hace crítica literaria, especializada en literatura infantil y juvenil. Miembro del Centre Excursionista de Catalunya desde 1980, pronto mostró un gran interés por la montaña que lo llevó a practicar el esquí de montaña, la escalada en roca y en hielo y el barranquismo, entre otras actividades. A principios de los noventa descubrió la bicicleta de montaña, y ya no se ha separado. Desde 1992 hasta 1999 ha publicado rutas de itinerarios en BTT en el periódico Avui, con más de 200 artículos, y actualmente lo hace en El Periódico, donde ha publicado casi 300 itinerarios diferentes. Colabora periódicamente en revistas como Cavall Fort, Descobrir Catalunya NAT. Tiene publicados varios libros de rutas

lunes, 28 de mayo de 2012

Las fantasías eróticas



Las asociaciones de enfermeras andan resentidas porque el cirujano Pedro Cavadas, que es capaz de hacer trasplantes de caras y piernas, ha dicho: "Dudo mucho de que un niño entienda qué es ser médico. Te puede gustar llevar bata blanca o creer que vas a ganar mucha pasta o tirarte a la enfermera...". 


Pobre doctor Cavadas. Él no dice que un niño se tire a una enfermera ni que las enfermeras se dejen tirar por los niños ni por nadie. Sólo hace constar el hecho de que un niño puede tener sus fantasías eróticas con enfermeras. ¿Por qué no? Las enfermeras forman parte de los fantasmas sexuales masculinos, como todas las profesionales que llevan uniforme y están revestidas de autoridad. Por ejemplo, las azafatas, las policías, las monjas y... hasta las reinas.

En el libro 1.001 fantasías eróticas y salvajes de la historia, de Roser Amills, hay un capítulo dedicado a las enfermeras, donde se recuerda que Ernest Hemingway tenía una fijación tremenda con ellas a raíz de las heridas que sufrió durante la Primera Guerra Mundial, de las que fue atendido en el hospital por una enfermera de la que se enamoró. Fue un idilio frustrado; pero, desde el punto de vista literario, le cundió bastante porque el personaje está presente en muchas de sus obras.

Todo el mundo tiene fantasías eróticas, y las hay para todos los gustos. Algunas son modestas y en ellas trajinan enfermeras, azafatas, mujeres policías, secretarias, criadas, esclavas, maniquíes, autómatas y hasta monjas. Otras fantasías tienden a la megalomanía. Por ejemplo, la que tenía Luis Buñuel cuando, a los catorce años, empezó a imaginarse que narcotizaba a la reina Victoria Eugenia, esposa de Alfonso XIII –que en su día estuvo seriamente maciza–, y se la llevaba a la cama para violarla. Parte de esta fantasía aparece en la película Viridiana.

Las institutrices, y las estrictas gobernantas como yo, no estuvimos a salvo de protagonizar los sueños eróticos de niños y mayores en el pasado. José Luis Vilallonga tenía una fijación con una institutriz alemana alta y poderosa, de la que había sido pupilo, y por eso era aficionado a las mujeres de formato grande. Sólo de viejo probó con una pequeñita, pero no resultó.

Hay fantasmas eróticos muy cabroncetes. Sobre todo si el que los padece intenta hacerlos reales. Rousseau padeció una fuerte fijación con una gobernanta llamada mademoiselle Lambercier que, cuando tenía ocho años, lo dejó marcado, eróticamente hablando, con unos azotes que le administró en el culo y que lo introdujeron en un mundo de placer masoquista. Siempre quiso volver a repetir aquella experiencia. Sacher-Masoch y el marqués de Sade tenían sus fantasías eróticas con criadas. Al primero le encantaban las criadas pegonas y respondonas. En cuanto al segundo, por su manía de propasarse pegando a sirvientas y prostitutas dio con sus huesos en la cárcel.

Pero la mayor parte de las fantasías eróticas son sólo inocentes quimeras y pierden el interés cuando se materializan o se contemplan desde otro punto de vista. De momento sólo las enfermeras han caído en el ridículo de tomarse a mal esto de ser mito erótico. Precisamente, que deberían ser conscientes de que manejan una temible herramienta que las sitúa por encima de otros mitos eróticos. Ese arma es la irrigación.

Nadie se atrevería a cuestionar el poder irrigador de las enfermeras. El paciente está a su merced, postrado e indefenso, cuando llega la enfermera y sin más contemplaciones lo jeringa. Ni siquiera mi tío Severo, que fue magistrado, pudo zafarse de una lavativa cuando esperaba a que le dieran el alta después de una operación de menisco. Simplemente, la enfermera lo ninguneó, lo manipuló y le dijo: "A ver, Severo, dóblate bien, hijo". Y le suministró una irrigación de las de a medio litro sin venir a cuento. Pero hombre, Severo, ¿como te dejaste? le decía la familia mientras cargaba con él camino del váter. Pues es que no me atreví, contestaba él con las piernas apretadas. ¿Qué afortunado se libró de aquella lavativa que el destino desvió hacia otro trasero?

Las mujeres también tenemos fantasías eróticas –incluidas las enfermeras que hacen como que no–, y nadie debe avergonzarse de tenerlas. Son sanas y las necesitamos para mantener las ilusiones, la creatividad y la moral en forma. Yo estoy tan orgullosa de las mías que no me importa hablar de ellas. Una se centra en el portero de un hotel. Mi portero es alto, esbelto e indudablemente ha nacido para ceñir la gorra de plato y vestir el abrigo con botonadura y galones. A veces actúa en medio de un coro de monagos que hacen juego con él en armonía degradada. Entre ellos se mueve con gestos de bailarín, dando órdenes para disponer a su antojo de maletas, taxis y turistas. Gasta un pito precioso que le cuelga del cuello y que porta con la misma dignidad que si llevara la Orden de la Jarretera; y yo, que soy amante de la música y el baile, lo observo desde la acera de enfrente, elástico y flexible, haciendo figuras delante del carro de las maletas, y me recuerda a un dibujo del rey David bailando delante del arca de la alianza que había en mi libro de Historia Sagrada.

Las turistas japonesas se hacen fotos con él y lo atosigan mucho. Él se deja hacer, pero a mí me parece un abuso; porque, oye, yo no voy a Japón a sobar porteros. Él me saluda amablemente, como a otras señoras del barrio. Pero a mí me ha hecho depositaria de algunas confidencias extraordinarias. Por ejemplo, sé que enfermó toda su familia a la vez y, mientras el niño vomitaba en el váter, su suegra vomitaba en el bidé. Desde entonces prefiero hablar del tiempo porque las fantasías deben permanecer en el reino de lo fantástico.

Mi segunda fantasía también baila, pero de una manera que corta la respiración. Se llama Tetsuya Kumakawa y, como su nombre indica, es japonés. Lo descubrí hace años en el papel de ídolo de oro (o de bronce, según) en La Bayadera y caí en la idolatría, seducida por el trabajo de sus abductores dorados, sus bíceps dorados y su máscara dorada. Ni un centímetro de su cara a la vista. ¿Sería guapo? Luego, gracias a internet, he podido verlo bailando a cara descubierta; y sí, es muy guapo, pero resulta humano y carnal. También he visto su coche deportivo rojo, y por poco me enseñan la radiografía de su rodilla lesionada. Me parece que eso hace menos mitológico a mi adorable Tetsuya. Como os digo, hay que mantener los fantasmas en su sitio porque, si se vuelven reales, se van muriendo.

No creo que el gremio de porteros y el de bailarines deban sentirse ofendidos porque, bajo su opulento busto, el corazón de esta maruja palpite haciendo de ellos diversas recreaciones fantásticas mientras cocino un bacalao al pil pil. Así que recomiendo a las enfermeras que la que esté libre de fantasías eróticas tire la primera piedra al doctor Cavadas. Y otra cosa más: la que se pica, ajos come.



jueves, 24 de mayo de 2012

Las 100 creencias erróneas más extendidas


Que los peces tienen memoria de segundos, que los elefantes van a morir a un cementerio de elefantes, que las espinacas tienen hierro, que si te bañas después de comer se te corta la digestión, que si te tropiezas con una ortiga debes aguantar la respiración para que no te pique..., así, hasta 100. Uno por uno, Daniel Closa, desenmascara algunas de las creencias pseudocientíficas más extendidas en nuestra sociedad. Muchas, tienen algo de cierto y solo necesitan ciertas puntualizaciones. He aquí una pequeña muestra:
La digestión no se corta cuando uno se baña en la piscina sin esperar las dos horas reglamentarias, sino todo lo contrario, continúa y para ello, se necesita mayor cantidad de sangre. Por eso, lo que puede ocurrir, es que la persona sufra una lipotimia, que dentro del agua puede causar ahogamiento.
Cortarse las puntas del pelo porque luego te crece con más fuerza, es otro gran mito: sobre lo que le ocurre al extremo del pelo, una estructura muerta, la raíz, no tiene ni idea. Que únicamente usamos el 10% de nuestro cerebro, no nos hace más listos. Esta creencia tiene su origen en la funcionalidad del cerebro, ya que no todo este órgano está destinado a pensar y a sentir. Tiene otras funciones, como las biológicas, pero no hay ninguna parte inactiva.
El frío no causa los resfriados: este mito es difícil de asimilar, pero es así. Por mucho frío que haga, si no hay virus, no hay resfriado. Si todos los chinos saltaran a la vez, no se hundiría la tierra, ya que tras realizar los cálculos pertinentes, el efecto sería el mismo que el de una mosca saltando sobre un barco.
Y así podríamos seguir y seguir hasta 100, pero ¿cuál es el verdadero origen de los mitos? Según Daniel Closa, "básicamente surgen de las ganas que tiene el ser humano de explicar lo que nos rodea", aunque esto suponga esconder la cabeza como el avestruz para no saber la verdad. Por cierto, cuando el avestruz esconde la cabeza, no significa que esté en peligro, es totalmente falso. Se trata, tan solo, de un mito más.

miércoles, 16 de mayo de 2012

El diario francés "L'Équipe" publicó un artículo sobre "Fórmula Barça"


El diaro francés L'Équipe, publicó un extenso artículo basado en los contenidos del libro Fórmula Barça. Viaje al interior de un equipo que ha descubierto la eternidad, de Ricard Torquemada. El artículo, titulado "La Bible du foot Blaugrana" (La Biblia del futbol blaugrana), habla del comentario que un jugador hizo en referencia a una "Fórmula de la Coca-Cola del Balón" que sería en gran parte la responsable de los éxitos del juego del Barça.

lunes, 14 de mayo de 2012

Roser Amills en el programa Territorio Comanche, en Telemadrid

Roser Amills, autora de Las 1.001 fantasias más eróticas y salvajes de la historia, participó en el programa Territorio Comanche, en TeleMadrid. La autora pudo desvelar algunas fantasías de personajes que aparecen en el libro. Durante el programa también debatieron sobre las fantasías eróticas de los españoles.

miércoles, 9 de mayo de 2012

"Las 1.001 fantasías más eróticas y salvajes" en el programa de Ana Rosa Quintana

El programa de Ana Rosa Quintana, en Telecinco, entrevistó a Roser Amills, autora de Las 1.001 fantasias más eróticas y salvajes de la historia. Durante el reportaje la autora responde algunas preguntas sobre las fantasías y juegos eróticos de algunos famosos que aparecen en el libro.

Pueden ver el vídeo en este enlace.

lunes, 7 de mayo de 2012

"Las 1.001 fantasías más eróticas y salvajes de la historia" en Onda Cero

En el programa Julia en la Onda, de Julia Otero para Onda Cero, hablaron sobre el libro Las 1.001 fantasías más eróticas y salvajes de la historia, de Roser Amills. En los minutos que dedicaron a esta obrapudieron repasar algunas de las fantasías más curiosas y rocambolescas del libro, como las de Salvador Dalí o Camilo José Cela.