Anabel Abril (Dani Duch / La Vanguardia) |
Medio centenar de catalanes relevantes que residen en Madrid han destacado en un libro la buena acogida que han tenido en la capital, donde, sin embargo, detectan una creciente incomprensión que algunos de ellos achacan al desconocimiento mutuo.
Catalanes en Madrid. 50 miradas desde la Gran Vía(Ediciones Lectio), escrito por Anabel Abril, recoge testimonios de periodistas como Carles Francino, Susanna Griso, Francisco Marhuenda o María Casado; chefs de la talla de Sergi Arola, actores como Josep Maria Pou y Silvia Marsó, el director teatral Mario Gas, el presidente de La Caixa, Isidre Fainé, o el futbolista Albert Celades, entre otros.
Salvo excepciones, todos destacan que han sido bien tratados en su ciudad adoptiva, aunque alguno como Carles Francino confiesa que su origen le ha obligado en ocasiones a mostrarse "más radical", defendiendo posiciones alejadas de las suyas y actuando como un "catalán acérrimo".
Tanto él como la también periodista Susanna Griso coinciden en sus respectivos capítulos en que desde la aprobación del Estatut, las relaciones entre Cataluña y Madrid han empeorado. Griso confiesa que durante la tramitación de dicho texto, pasó una etapa "muy incomoda" en Madrid y se sintió "un poco asediada".
Josep María Pou ve la eterna rivalidad entre Madrid y Barcelona más visceral que antes "por los políticos y el fútbol". El actor observa cierta "provocación" desde la capital que en Cataluña se percibe con gran intensidad "y desencadena una reacción contraria muy fuerte, alimentada también por esa actitud tan instalada en la sociedad catalana que es el victimismo".
Para el presidente de la CEOE, Juan Rosell, "en Madrid hay gente que es separadora y en Cataluña hay muchos separatistas" y teme que van "todos en aumento". Bajo su punto de vista hay "incomprensión y desconocimiento" en ambas partes.
"A mí ser catalana me ha favorecido siempre", admite en el libro la exdirectora del Instituto Cervantes Carmen Caffarel, mientras que el presidente de la Caixa, Isidre Fainé, refiere que en todas sus estancias en la capital se le ha tratado "con respeto y consideración".
El banquero aboga por estrechar "aún más" las relaciones "entre todos" en un momento "en el que en general no es fácil", mientras que el chef Sergi Arola pide "no dejarse manipular por los discursos nacionalistas" ni obsesionarse por las fronteras "cuando han desaparecido desde que existe Internet".
El director de La Razón, Francisco Marhuenda, opina que la confrontación entre las dos ciudades responde a una visión "tan pobre como antigua" que no conduce "a ninguna parte" y observa que "tal vez" Barcelona "se fija demasiado" en Madrid.
La autora del libro, Anabel Abril, ha explicado a Efe que aunque los entrevistados están a gusto en Madrid y disfrutan de la ciudad, "detectan cierta incomprensión y desconocimiento mutuo" y reclaman puentes "de ida y vuelta" en la relación entre Madrid y Barcelona.
En las conversaciones mantenidas con ellos entre septiembre de 2011 y febrero de 2012 no podía faltar el fútbol, que algunos de los entrevistados ponen como un elemento que "crea distancias" entre Madrid y Barcelona, como reconoce María Casado, para quien "no es fácil" ser catalana y del Barça en la capital.
Muchos de ellos, reflejando su origen mediterráneo, lo que más añoran en Madrid es el mar, como le ocurre a Juan Rosell, Mario Gas, Silvia Marsó y María Casado, quien apaga su nostalgia paseando junto al lago del parque del Retiro "para poder ver agua y barcos".
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